La serie Gambito de dama (Netflix) fue vista por 62 millones de cuentas de Netflix en menos de un mes. Los números la convierten en el mayor éxito del canal en una serie limitada, tanto que las búsquedas online relacionadas al ajedrez también han aumentado considerablemente.
Gambito de dama sigue la vida de Beth Harmon (Anya Taylor-Joy) mientras asciende a la cima del competitivo mundo del ajedrez. Beth Harmon se inspira en una novela homónima escrita por Walter Tevis.
Pero esta miniserie de Netflix también llama poderosamente la atención por su impresionante vestuario.
Prendas que cuentan una historia
Al frente del vestuario de la exitosa serie se encuentra Gabriele Binder, estilista que tiene en su lista de créditos el que lució Angelina Jolie en In the Land of Blood and Honey (2011) y la nominada al Oscar Never Look Away (2018).
En la producción observamos un trabajo magnífico a la hora de crear el ambiente de los años 60 en Estados Unidos. Y es que los looks de Beth son fundamentales para entender también la evolución del personaje que a los 10 años debe irse a un orfanato tras la muerte de su madre.
Adoptada finalmente por un matrimonio poco convencional, el vestuario de Beth irá cambiando según su posición en el mundo del ajedrez vaya evolucionando hasta conseguir el final apoteósico en su viaje a Rusia, donde, a la hora de enfrentarse a los mejores ajedrecistas del mundo, desplegará un vestuario de ensueño.
A medida que ese hace adulta, Beth irá desarrollando un gusto exquisito por la ropa, hasta el punto que al final de la serie no sólo llama la atención que sea la única mujer de la competición sino también una de las mujeres más glamourosas del panorama americano. Para ello, la estilista de la ficción desarrolla un vestuario basado en colores neutros (blanco, negro y beis son sus tonos favoritos). En entrevistas, Binder ha declarado que su color de pelo hacía necesario que el resto del look no entrara en competición con él.
Evolución, influencias y los eternos años 60
Con ella redescubriremos los años 60 como inspiración eterna. Minivestidos, bandanas en el pelo, jeans por encima del tobillo, las solapas de las chaquetas o los tejidos eternos como el tweed.
Para la diseñadora de vestuario, el mundo del ajedrez le dio las primeras pistas. A partir de allí, Binder comenzó a excavar en el pasado, creando atuendos que tuvieran el poder de evocar la influencia de los diseñadores de moda clave de la época, como André Courrèges, así como de los talentos femeninos menos convencionales, como Jean Seberg y Edie Sedgwick, a quienes Taylor-Joy recrea a la perfección.
Tratando de reflejar lo que está pasando dentro de un personaje con lo que lleva puesto, los cuadros le parecieron interesantísimos para el personaje de Anya, pues ella escogería intuitivamente prendas que se conectaran con el ajedrez.
Para los looks que recreaban el estilo de los años 50, pensó en Jean Seberg. Para los looks de Nueva York, tuvo a Edie Sedgwick en mente. Más avanzada la serie, incorporó referencias al surgimiento del estilo Biba, pero visto a través de los ojos de una outsider.
Las T-shirts que Beth lleva hacia el final de la serie, que se hicieron en verde, azul y blanco, son un guiño a la silueta Courrèges: muy cool, elegantes y sencillas. Beth también usa las T-shirts con el cardigan de bloques amarillos, un look libre y juvenil.
El vestido que Beth usa para el torneo en París es casi un homenaje a Pierre Cardin.
También destacan otros personajes, como Benny Watts (interpretado por Thomas Brodie-Sangster), que podría estar conectado con la Factory de Andy Warhol y parte de la escena musical y artística de la época. Este es distinto a todos los demás, no es un geek del ajedrez como los otros.
Buenísima serie!
Pingback: Las series galardonadas con el Emmy al mejor vestuario