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Shein, el refugio de las mujeres de talla grande

Las larguísimas colas de la tienda efímera que Shein abrió la pasada semana en Madrid vuelven a colocar sobre la mesa el debate sobre la falta de oferta para el segmento de las tallas grandes. Esto se suma a la polémica sobre un modelo opaco que fomenta el consumo de usar y tirar.

En la pop-up de Shein no solo había adolescentes que dejaron de acudir a clase en Madrid, sino que viajó gente de todas partes de España.

Inclusividad máxima

La firma de moda ultrarrápida aterrizaba en la capital de manera temporal, solo durante cuatro días, para acercar físicamente muchos de los productos que triunfan desde su web y su aplicación. 300 metros cuadrados de local para deslumbrar al mercado español, uno de los más importantes para la compañía valorada en 100.000 millones de dólares.

La gran novedad es que se pueden encontrar las últimas tendencias desde la XS hasta la 4XL, que es como denominan a las tallas extragrandes, con el fin de usar exactamente la misma nomenclaturas para las personas de complexión muy delgada que para las muy voluminosas.

Para las mujeres de talla grande o cuerpo no normativo, las prendas que les ofrecen otras cadenas o tiendas de moda son una mentira. Lo que algunas marcas denominan tallas grandes, no dejan de ser L o XL, insuficiente y frustrante para muchas mujeres.

De esta forma, Shein se ha convertido en poco tiempo en lugar refugio para las mujeres con tallas grandes.

En la pop-up store, sin embargo, esa separación de tallas no existía y convían exactamente igual las prendas más grandes con las más pequeñas, de manera que las clientas que buscaban mayor tallaje no tenían la sensación de que se había creado un gueto específico para ellas.

La aventura de encontrar tallas grandes

¿Se puede vestir bien teniendo talla grande sin tener que recurrir a Shein? La respuesta es sí, pero se va a necesitar un presupuesto mucho más alto que una persona con un cuerpo más normativo.

Las fábricas hacen hasta una L. Si quieren ir más allá, necesitan un nuevo patrón, porque el cuerpo grande necesita pinzas y necesita adaptaciones en los cortes. Además, hay que utilizar más tela y, al tener que producir mucho, normalmente las marcas más sostenibles no llegan a estas tallas.

La inclusión corporal está costando bastante más que, por ejemplo, la racial: solo un 1,81% de las modelos que desfilaron en la temporada actual, primavera-verano 2022, tenían una talla no normativa.

La compañía de macrodatos Edited analizaba a principios de año las tendencias más buscadas en las tiendas online y ponía números a cuántas de ellas llegaban hasta las tallas más grandes. Los resultados hablan por sí solos: solo un 34% de las prendas con aberturas o un 19% de las minifaldas.

Shein no es la única que ha puesto la mirada en el mercado de las tallas grandes. En España, Mango lanzó en 2014 su cadena Violeta y, tras ratificar un importante nicho, el año pasado integraba la oferta en su línea principal que ahora presenta XXL en muchos de sus diseños y hasta 4XL en modelos concretos. Asos lleva haciéndolo desde hace años.

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