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Origen de la atemporal chaqueta de tweed

Puede que no haya prenda más atemporal que la chaqueta o el traje de tweed. Creados por Coco Chanel, ha sobrevivido durante décadas y ha sido lucida por todas las generaciones.

Las prendas de vestir que creó Coco Chanel revolucionaron la estética y la industria, porque en sus diseños siempre intentó que la mujer se sintiera cómoda al vestirse, gracias a los cortes y las formas que daba a cada creación.

Origen de la chaqueta de tweed

La chaqueta tweed tuvo su origen durante los años 30, momento en el que Chanel introdujo definitivamente este material, puesto que antes había hecho una versión con tejido de lana. La modista elaboró su conjunto de chaqueta y falda (posteriormente conocido como traje Chanel) con el que vestía regularmente y  con el que pretendía que las mujeres que llevaran estas dos piezas tuvieran libertad total de movimiento.

El tweed (palabra que proviene del río Tweed, de Escocia) es un tejido de lana áspera, cálido y resistente, originario de Escocia. La textura es calada y elástica, parecida a la del cheviot, pero más apretada. Se fabrica en liso o tejido de sarga y a menudo muestra el patrón en forma de espina de pescado, o herringbone. Se obtiene girando juntas varias hebras de lana de diferentes colores en un hilo de dos o tres capas.​ Además, la pelusa que se crea en la superficie del tejido rechaza el agua.

Para crear su mítica prenda se inspiró en los trajes de cacería de su amante el duque de Westminster, porque pensó que era necesario diseñar una prenda que pudiera utilizarse para cualquier ocasión o momento del día. De esta forma, llegó a conseguir popularidad entre las mujeres europeas del momento, en el que hizo algunas modificaciones porque empezaba a primar más la comodidad que los vestidos ostentosos, y en los años 60 llegó a representar el estilo moderno del siglo XX.

El renacimiento

Cada año se presentan nuevos modelos y se adapta a la moda de cada temporada. Sin embargo, hay unos elementos que siempre están presentes: el interior de la prenda está forrado en seda y eso hace que se acople perfectamente al cuerpo y aporte fluidez a los movimientos, tiene entre dos y cuatro bolsillos y en el dobladillo interior tiene una fina cadena que garantiza la perfecta caída de la chaqueta.

En enero de 1983 se estrenó Karl Lagerdeld como director creativo de Chanel. Por aquel entonces, 12 años después de la muerte de su fundadora, la firma de lujo languidecía, sustentada solo por las ventas de sus perfumes.

En esa primera colección, Karl trató con irreverencia las décadas de refinamiento de Chanel. La ropa era asombrosamente retro, con elementos de la estética del diseño de Chanel de los años veinte y treinta, pero con estilo renovado. En aquel primer desfile Lagerfeld extrajo todas las claves del lenguaje de la casa. Las perlas, las cadenas, la camelia, el logo con la doble c, el zapato bicolor y, por supuesto, el traje de tweed.

El recurso funcionó y la chaqueta de lana se erigió como un básico atemporal capaz de resistir hasta el paso de la apisonadora de las tendencias. La prenda, es hoy es la estrella de las tiendas de segunda mano de lujo y sigue apareciendo en sus colecciones.

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