Ayer, lunes, se celebraba el Día Mundial de Internet. Internet y las redes sociales sin duda han cambiado nuestras vidas, pero ¿recordáis cómo era la moda antes de Internet?
Una de las cosas que más utilizamos para ponernos al día sobre las últimas tendencias en modas es Internet, ya que las redes se van actualizando continuamente y nos muestran y ofrecen las últimas novedades en cuanto a este sector de primera mano a través de los propios consumidores o los denominados como influencers.
En las redes podemos encontrar además una gran cantidad de tiendas de ropa online, que no existen de forma física, y que nos ofrecen todo tipo de prendas simulando a las grandes marcas, pero a unos precios mucho más económicos.
Los que tengáis algunos años (no demasiados) recordaréis qué diferente era comprar ropa o enterarse de las últimas tendencias. Repasamos 5 cosas que hacíamos diferente en la era de la moda pre-Internet.
Las revistas de moda en papel
La gente bajaba al quiosco cada mes a por su revista de moda para ponerse al día de las tendencias que veríamos esa temporada a punto de estrenar. Hojeábamos la revista varias veces hasta dejarla arrugada, absorbiendo cada consejo de las editoras y redactoras sobre cómo llevar una prenda u otra.
Pero todo eso pertenece al pasado, ahora las firmas ganan más dinero a través de un solo click y las redes sociales han hecho que las tendencias sean fugaces y corran a la velocidad de la luz.
Ahora las revistas de moda son digitales y, en lugar de publicar contenidos una vez al mes, nos nutren de artículos cada día.
Las tiendas físicas
Sábados de compras por la ciudad, aglomeraciones, colas y montones de ropa desperdigados a ultima hora de la tarde. Solíamos ir de compras al inicio de temporada, en ocasiones especiales o cuando necesitábamos una prenda específica. Recorríamos tiendas comparando precios y productos hasta elegir lo que más nos convenía y volvíamos a casa cargadas de bolsas y paquetes.
Hoy en día, cada vez da más pereza salir a comprar a una tienda: colas, no encontrar la prenda en cuestión, aglomeraciones o falta de tiempo son algunos de los motivos que han hecho que el shopping 2.0 gane cada vez más posiciones.
Los famosos y famosas 1.0
Las revistas que antes mencionábamos nos mostraban a las súper modelos de la época o a personajes famosos que eran los influencers de la época.
Ahora, una puede hacerse famosa desde casa a base de colgar fotos: nace aquí un nuevo negocio donde los contratos son efímeros y las cantidades que llegan a desembolsar las firmas son enormes. Una ya no anhela un bolso porque sí, ahora lo anhelamos si lo lleva según quién, y la envidia crece cada vez que vemos como otra chica del montón goza de según qué privilegios.
Las top model de antaño
¿Recordáis la fama de Claudia Schiffer, Cindy Crawford o Naomi Campbell? Ahora las modelos ya no se eligen por sus medidas o sus facciones: el número de seguidores les otorga más posibilidades de triunfar entre las firmas o menos. Y no es de extrañar, pues la repercusión mediática de una campaña cobra más interés si la protagonista tiene millones de followers en su cuenta personal.
Probarse la ropa
¿Os imagináis ahora mismo probaros tres tallas distintas de una misma prenda? ¿Pasar 30 minutos en la cola de probadores y otros tantos dentro de éstos probando prendas? Es cierto que todavía visitamos las tiendas físicas y que nos probamos ropa, pero cada vez es más habitual comprar por Internet, donde pedimos una única talla y comprobamos cómo nos sienta una vez en casa.
Y tú ¿qué otras cosas recuerdas de la moda antes de Internet?