Ha pasado todo un año desde aquel impactante momento en que se declaró el estado de alarma y, entre otras medidas, el retail de moda tuvo que echar el cierre. 365 días que han asestado un fuerte golpe a la industria de la moda. Pero ¿hay indicios de recuperación? ¿Cuáles son las claves de ésta?
Resumen de un año nefasto
Con tiendas y talleres cerrados y pequeñas firmas sin tienda online absolutamente desamparadas, la moda entraba hace un año en un momento de gran incertidumbre.
Luego llegaron los looks de estar por casa, la ropa cómoda para teletrabajar y colecciones cápsula de quiénes podían vender online.
Asimismo, las firmas de moda española y las costureras se ponían al servicio de la sociedad elaborando mascarillas de, batas y lo que hiciera falta para echar un cable a hospitales, centros de salud o residencias.
Llegó el momento en que nos dejaron pisar la calle con restricciones, pedir cita previa en las tiendas y el chándal, las zapatillas y la ropa deportiva reactivaban la venta online.
A pesar de la lenta relajación de las medidas restrictivas, las firmas de moda han experimentado con desfiles digitales y eventos virtuales.
Hay quien habla de, cuando todo esto acabe, la llegada de los nuevos años 20, cuando todos saldremos en horda festiva a consumir y a tomar las calles. Pero la incertidumbre se mantiene.
El gran crecimiento de la venta online
2020 ha dejado una buena noticia, aunque parezca increíble, que no es otra que el gran avance del canal online. Las principales cadenas del sector de la moda han experimentado crecimientos de dobles dígitos, alcanzando cifras récord. Por ejemplo, Inditex aumentó la venta online un 77% y H&M lo incrementó un 39%. En el caso de cadenas españolas como Mango ya es el 42%.
Esto demuestra la importancia de este canal en años venideros y reafirma una tendencia a la que la pandemia ha dado un empujón desmesurado.
Claves para la recuperación
Diversos expertos coinciden que en España la recuperación puede costar unos tres años. Y será en un entorno donde el consumidor va a querer gastar menos en ropa, un consumidor más consciente de que tiene más prendas de las que necesita y cada vez más consciente de la necesidad de trabajar para la sostenibilidad. En este entorno, el online seguirá creciendo.
Todas estas circunstancias han afianzado la importancia en un modelo de venta mixta. Parece que la tienda física hace falta más que antes para dar apoyo al canal online, que va a vender más con las tiendas abiertas que con ellas cerradas.
Este auge de la digitalización implica reflexionar sobre el modelo de tiendas: flagships, espacios experienciales… Las tiendas que permanezcan van a tener que cambiar su rol y su apariencia.
En los últimos años los retos del sector textil estaban encaminados a la sostenibilidad y la omnicalidad, el 2021 el principal objetivo será el de la recuperación.
Para ello, será necesario implementar y reinventarnos en ciertos aspectos. Por ejemplo, colecciones cápsula, en las que prime la calidad sobre la cantidad, o la vuelta a la producción nacional, reforzando la industria textil en nuestro país.
La digitalización es otro de los retos pendientes del sector. Y no únicamente a la venta, sino la digitalización presente también en la gestión de las empresas para conseguir así una mayor eficiencia.