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Adiós a Pedro del Hierro

El pasado viernes el mundo de la moda perdía a otra de sus grandes figuras, Pedro del Hierro, quien nos dejaba a los 66 años de edad por causas naturales.

Del Hierro era el último diseñador español perteneciente a la prestigiosa Cámara de Alta Costura, como Pedro Rodríguez, Pertegaz o Santa Eulalia, cuya trayectoria dibuja la transición del modelo del taller artesano de costura, al sistema de prêt-à-porter.

Del Hierro nació en Madrid en 1948 y su sueño siempre fue ser pintor. Destacado dibujante e hijo de un catedrático en Bellas Artes, siempre estuvo acomplejado por culpa de su padre, quien nunca le apoyó. Criado en un ambiente de izquierdas, estudió en el único colegio progresista de la época, el Ateneo Politécnico. Pedro también quiso ser bailarín clásico y no se lo permitieron. Incluso estudió Medicina para especializarse en psiquiatría, pero no acabó la carrera.

De pequeño, sus padres se marcharon al extranjero y le dejaron en Madrid a cargo de sus tíos y abuelos, pertenecientes a la derecha ortodoxa. Encontró en la moda su propio refugio y el mejor medio donde desarrollar su creatividad.  Fue el más sobresaliente de aquella generación que se estrenó en el gremio tanto en la Alta Costura como en el prêt-à-porter, justo después de la muerte de Franco.

Comenzó cosiendo sólo para sus amigos y en 1974 montó su primer taller con un amigo íntimo, Stephan. Presentaron una colección de otoño-invierno en un pequeño ático de la capital pero no invitaron a la prensa, por lo que no tuvieron mucho éxito.

Ya entonces Pedro hacía hincapié en los figurines, en los vestidos de una sola manga y amaba las asimetrías, su santo y seña. Su talento le ayudó a ingresar con 26 años en la Cámara de Alta Costura junto a marcas como Santa Eulalia, Lino, Pertegaz o Pedro Rodríguez.

Del Hierro supo ver el poder de la industria y de la producción de moda en serie y en 1981 aceptó ser el primer diseñador español con boutique propia en El Corte Inglés. Fue el pionero en tener un ‘corner’, aunque diseñaba en exclusiva para ellos. Primero ropa y después zapatos y sombreros. Dicen los rumeores que no acabó demasiado bien con los grandes almacenes, así que volvió a lanzarse en solitario con una línea llamada ‘Harito’ de venta libre y otra de prendas limitadas y exclusivas de fabricación artesanal. Se atrevió también con la moda masculina y, antes de caer en el olvido, la familia Hinojosa le salvó del ostracismo.

Desde 1990 su nombre va asociado inevitablemente al Grupo Cortefiel, donde ha lanzado su propio perfume, accesorios y se ha coronado como modista de hombre y mujer.

Después del curioso episodio del desahucio de 2005, la salud de Pedro empeoró y decidió retirarse en 2011, el mismo año que el Museo del Traje le dedicó una retrospectiva muy emotiva, ‘color, belleza y tiempo’.

En 2012 Carmen March, brillante modista de la saga mallorquina de banqueros que se había retirado de la moda unos años antes, tomaba las riendas de su línea de lujo, a la venta hoy en Net-a-porter y, pronto, se especula, en una tienda propia en Madrid. Ella es hoy la cara más conocida del entramado de marcas que conforman Pedro del Hierro: Pdh, que es la línea sport, Pedro del Hierro, a la venta en Cortefiel, y Pedro del Hierro Madrid, la más exclusiva y de la que se encarga March.

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