Pocos diseñadores tienen una identidad tan marca y reconocible como la del gran Gianni Versace. A los 20 años ya diseñaba ropa para su hermana Donatella. Gianni estudió arquitectura antes de mudarse a Milán para trabajar en el mundo de la moda y, tras pasar por algunas empresas, en 1976 y con la ayuda de su hermano Santos, creó su propia firma.
Desgraciadamente, en 1997, Andrew Cunanan acabó prematuramente con la vida de Gianni, disparándole en la entrada de su residencia de Miami. Hoy, más de 18 años después de su asesinato, rendimos homenaje al gran diseñador, repasando su historia y la de su firma, Versace. 
Gianni Versace nació en Reggio de Calabria, Italia, donde creció con su hermano mayor Santo, su hermana menor Donatella, su padre, y su madre Francesca. Tenía una hermana mayor, Tina, que murió a los 12 años debido a una infección del tétanos.
A muy temprana edad, Gianni ya ayudaba a su madre a encontrar piedras preciosas e hilos de oro para bordar vestidos. Estudió arquitectura y a los 25 años se mudó a Milán para trabajar en el mundo de la moda.
A mediados de los años 70, sus trabajos llamaron la atención de las marcas Genny y Callaghan, que lo contrataron para diseñar sus colecciones. Unos pocos años más tarde, Versace presenta su primera colección para mujer en el museo de arte de Milán. La primera colección para hombre llega en septiembre de ese mismo año.
La firma Versace alcanza la fama mundial en la década de 1980, en parte gracias a su asociación con estrellas del mundo del espectáculo. Los famosos de Hollywood y los cantantes de música pop empezaron a lucir las prendas de Versace en ceremonias, conciertos y filmes. Entre sus clientes habituales se encontraban Liz Taylor y Elton John.
Gianni Versace impuso una estética exuberante y muy atrevida en colorido y materiales, casi chillona y kitsch, con tonos flúor y dorados, barroca hasta vampirizar estéticas de siglos pasados (Pompeya, manierismo).
Las creaciones de Versace combinan una singular forma de entender la cultura post-pop con un diseño sexy y atrevido. Apasionado del arte, especialmente de los cubistas y del Art Déco, de la experimentación con los materiales y de la historia antigua –de ahí el origen de todo un símbolo de identidad para la marca, la Medusa– comparaba su taller con un estudio del Renacimiento. Era fan declarado de Almodóvar y de Paul Poiret y gran amigo de Jane Fonda, Cindy Crawford, Cher o Sting, entre otros. Se le reconoce como el responsable del fenómenos de las super tops a comienzos de los años 90.
Versace hacía ostentación del lujo en sintonía con la época de Ronald Reagan y del consumismo ilimitado, en la que los referentes sociales parecían ser los yuppies y las estrellas del rock que amasaban grandes fortunas. La Medusa y la greca de origen clásico se volvieron distintivos inconfundibles de Versace y se asociaban a la opulencia, mostrándose en primer plano en bolsos, calzado, bañadores o bisutería.
En lo que se refiere a su vida personal, Gianni conoció a Antonio D’Amico, modelo que se convirtió en su pareja, en 1982. La relación duró once años, hasta la repentina muerte de Versace. Durante ese tiempo Antonio fue diseñador para la línea deportiva Versace.
La mañana del 15 de julio de 1997, regresando de su acostumbrada caminata por el paseo de Ocean Drive en Miami, Versace fue tiroteado frente de su mansión de Miami Beach. El autor del crimen fue el asesino en serie Andrew Phillip Cunnanan, quien se suicidó poco después del homicidio.
Versace dejó a su pareja, D’Amico, una pensión mensual vitalicia de 50 millones de liras y el derecho a ocupar cualquiera de las residencias Versace en Italia y en los Estados Unidos. D’Amico ahora tiene su propia compañía de moda.
Bajo la tutela de su hermana Donatella, la firma Versace siguió adelante, adaptándose a las nuevas modas. Incluso llegó a hacer una colección de alcance masivo lanzada a través de H&M.
Después está la relación calidad-precio.