Pasamos muy de puntillas por este tema en nuestro post sobre bloggers e influencers, pero retomamos el tema puesto que vuelve a estar en boca de todos, con polémica, como lo refleja el hashtag #nohaypostsinmoney que circula por las redes sociales.
La legislación en España es muy estricta con la publicidad no especificada. Según la ley, en los casos en los que se percibe claramente que algo es publicidad no es necesario especificarlo, como pueden ser carteles o anuncios, pero en los que hay duda si deben especificarse.
Los influencers españoles practican poco el hashtag #anuncio en sus publicaciones. Sin embargo, en Estados Unidos la Comisión Federal de Comercio empezó a investigar las cuentas de algunos prescriptores que se “olvidaban” de indicar cuando un post estaba patrocinado. Y no debería ser así, y en muchos casos a las personas que ven la publicación ni les importa. Como dato muy significativo de esto último, la foto con más “likes” de Instagram es una imagen sencilla con un encuadre tradicional y colores clásicos de Selena Gomez bebiendo una Coca-Cola, en el texto que la acompaña aparece el hashtag #ad (de anuncio) y parece que a sus más de 5 millones y medio de personas que le dieron un “me gusta” no les pareció muy importante ese detalle.
Fotografía con más likes de Instagram de Selena Gomez con la Coca-Cola
Según Cristina Saiz, fundadora de la agencia Fanfare Report, central de medios que ejerce de intermediaria entre influencers y marcas, “el 90% de los posts están patrocinados”, y es que resulta que a partir de 20.000 seguidores y con la profesionalización del sector, las chicas jóvenes, que siguen siendo mayoría, buscan representante y exigen una tarifa por publicaciones con productos. Cristina también comenta que “A partir de 80.000, todo lo que se ponen es regalado o con compensación económica”.
Tras una pequeña “investigación” que hemos hecho en el equipo de MCM, podemos decir que las cantidades que hemos estado viendo son diferentes y en muchos casos no hace falta que lleguen a los 20.000 seguidores para que ya tengan agencias de representación y/o pidan el producto más una compensación económica por hacer publicación, ofreciendo distintas tarifas dependiendo de la cantidad de publicaciones y/o redes sociales donde publicarse.
Al no poner en ningún lado que son anuncios, estos anuncios 2.0, que son como los anuncios que se veían y ven en la tele con gente famosa, pero con gente que no lo es, pueden dar lugar a equívocos entre las personas que les siguen por pensar que lo que les mueve a “usar” esos productos no son simplemente sus gustos y preferencias.