Hace ya unos unos años que se habla de la impresión 3D y su aplicación en diversos campos de fabricación. La moda es uno de ellos, ya existen ferias específicias y algunas marcas se han subido al carro de imprimir sus productos en 3D.
Pero, ¿cómo puede revolucionar esta técnica el mundo de la moda? ¿Realmente llegaremos a lucir prendas fabricadas mediante este proceso? 
El proceso de impresión tridimensional consiste en ir creando un prototipo capa por capa y desde abajo hacia arriba. Para eso, la máquina deposita una capa de plástico en polvo, que se compacta la zona que le indica el ordenador y se vuelve a repetir el proceso colocando una capa sobre otra hasta que se completa la pieza.
Hace sólo unos días leíamos que Electroloom, una joven ‘starup’, ha creado la primera impresora 3D del mundo que desarrolla tejidos. El avance de esta tecnología está permitiendo la introducción de múltiples materiales, la impresión multicolor en 3D a un precio más accesible y la aparición de nuevos elementos que construyen piezas que cada vez parecen más reales.
Actualmente, las impresoras 3D han logrado producir ropa con materiales más “utilizables”, similares al textil sobre el cuerpo, utilizando otros intermedios para crear costuras y estructuras entretejidas presentes en muchas prendas.
Las creaciones para el mundo de la moda no se detienen en accesorios y complementos, sino que piezas como vestidos y bikinis impresos mediante esta técnica ya pueden verse en las pasarelas.
Una de las principales ventajas de la utilización de la impresión 3D para producir ropa es el hecho de que las prendas ya están listas para usar y tienen un coste reducido, lo que representa un método de fabricación más eficaz.
En el siguiente vídeo podemos ver cómo se produce un vestido mediante impresión 3D.
La cantidad de proyectos envueltos en la investigación de la impresión 3D en la industria de la moda no tiene precedentes. Es una aplicación directa de la tecnología en un producto final que parece no tener límites.
Todavía queda un largo camino por recorrer antes de que todos estemos luciendo camisetas impresas en 3D, sin embargo, en el mundo tecnológico, un largo camino puede significar tan sólo unos años.