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Historia del sujetador: un invento masculino

¿Sabías que fue un hombre quién liberó del corsé a la mujer? Aunque la historia no le ha hecho justicia, fue Pierre Poiret quien creó el primer prototipo de sujetador hace más de 100 años.

Pero la prenda no se popularizó hasta unos años después de que Poiret la inventara y lo hizo gracias dos mujeres. Te contamos cómo sucedió.

Fue en 1907 cuando Pierre Poiret creó el primer sujetador moderno. Pero este diseñador de moda francés no patentó la idea ni, al parecer, supo vender bien la prenda que liberaba a la mujer de la esclavitud del corsé que la había martirizado durante siglos.

Aunque el concepto de sujeción del pecho parece que ya existía en la época de griegos y romanos, en el siglo XVI nace el corsé, que reduce la cintura femenina de forma insana y que esclaviza a la mujer occidental durante más de tres siglos.

Unos años más tarde de que Poiret creara su sujetador, en 1913, Mary Phelps Jacob, Polly, dama de la alta sociedad de Nueva York se encuentra ante un dilema. Polly había comprado un fabuloso vestido para asistir a una fiesta e impresionar a todos los asistentes, pero el corsé no lograba el efecto deseado y estropeaba el escote.

La joven de 22 años recurrió a su doncella francesa, quién, al parecer, había oído hablar años antes del invento de Poiret. Con dos pañuelos de seda, una cinta y un cordel la doncella creó una especie de sujetador, consiguiendo que Polly fuera la reina de la noche y la envidia de todas las mujeres.

Las amigas de Polly comenzaron a pedirle que confeccionara sujetadores para ellas, pero fue cuando alguien ofreció a Polly un dólar por cada prenda que confeccionara cuando ésta se percató del negocio que tenía entre manos. En 1914, Mary Phelps Jacob patenta la prenda bajo el nombre de Backless Brassiere (corsé sin espalda).

Los sujetadores de Polly, que creó la marca Caresse Crosby, no tenían sujeción ninguna, pero se ajustaban a la moda de alisar el pecho vigente por aquel entonces. Durante los primeros años su empresa fue todo un éxito, pero acabó convirtiéndose en moda pasajera y quebró. Mary se vio obligada a vender su negocio y la patente a la Warner Brothers Corset Company por 1.500 dólares.

Cuando Estados Unidos entró en la I Guerra Mundial, el gobierno pidió a las mujeres que donaran sus corsés metálicos para, así, poder construir naves de guerra. Se recogieron nada más y nada menos que 28.000 toneladas de metal. Con los corsés fuera de juego, era el momento de buscar alternativas y el sujetador era la respuesta perfecta.

Es entonces cuando entra en juego Ida Rosenthal, inmigrante judía de origen ruso que, después de medir a centenares de mujeres, inventó el tallaje que todavía hoy sigue vigente.

Phelps y Rosenthal han pasado a la historia como precursoras de esta prenda femenina, pero debemos reconocer que sin Pierre Poiret, probablemente, no hibieran logrado tal éxito.

Comentario (1)

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