¿Nos damos una vuelta por el vestuario de Hollywood? La serie, estrenada este mes de mayo en Netflix se desarrolla en los años 40.
Este barrio de Los Ángeles se consolida como la meca del cine. Ryan Murphy (Glee, American Horror Story) reescribe la historia de esta década glamurosa siguiendo los pasos de un grupo de ambiciosos actores, actrices y cineastas que coexisten con estrellas reales como Rock Hudson o Vivien Leigh, abordando cuestiones de raza, género y sexo.
El trabajo de las directoras de vestuario, Lou Eyrich y Sarah Evelyn, nos transporta en el tiempo a esta glamurosa época de la meca del cine
En los años 40 todavía tardaría unos años en llegar la explosión del New Look y todavía más para que los pantalones fueran una prenda más del armario femenino, por lo que los vestidos rectos por encima del tobillo son el diseño más repetido entre las mujeres de Tinseltown que protagonizan de la serie, así como las faldas largas con silueta en forma de A.
Lou Eyrich y Sarah Evelyn realizaron una investigación con algunas de las películas más destacadas de la década de 1940, como El halcón maltés, La barrera invisible, Perdición, Forajidos o Laura. También se inspiraron en las imágenes de street style del libro Hollywood: A Photo Memoir de Jean Howard, uno de los pocos que ofrecen una visión de detrás de las cámaras. Asimismo, contrataron a una historiadora de moda de Nueva York, Raissa Bretaña, y visitaron el archivo de Condé Nast para empaparse de los GQ y las revistas de la década de 1940.
Talle alto, sportwear y glamur
Todo este trabajo se traduce en las camisas almidonadas con grandes cuellos y los pantalones de talle alto con varios pliegues y pernera amplia, los cuales, en lugar de conjugarse con americanas como harían décadas atrás, lo hacen con chalecos de punto y la para entonces moderna chaqueta Harrington cortada a la cintura, que nació en 1930.
También comienza a entreverse el llamado American Sportswear. Después de un estricto tiempo de contención bélica, la camisa se sustituye por polos de punto o las camisas de manga corta durante los días de descanso.
En lo que a colores se refiere, las figurinistas se tomaron alguna licencia ante la inexistencia de archivos a color, partiendo del propio dorado y hasta los azules pastel, los naranjas, rosas, violetas y rojizos.
Esa estética glamurosa del vestuario de Hollywood dorado se refleja en las exóticas boas de pelo con el que las actrices cubren sus hombros, los vestidos brillantes de lamé o los delicados diseños con bordados, satinados o de tul que Samara Weaving lleva en una de las escenas.
Nuevos tejidos y accesorios emblemáticos
Es en estos años cuando aparece en el juego un nuevo tejido sintético, la viscosa (o rayón), que permite dotar de movimiento a cualquier prenda, como se puede ver en las faldas que llevan algunas de las actrices principales.
Los guantes, que se combinan con el resto de la ropa, los sombreros y las joyas son los accesorios recurrentes. Los looks que podríamos definir como informales, están formados por blusas clásicas con estampados, que se llevan con chaquetas de punto como la que lucía Joan Fontaine en la mítica Rebeca (1940), y faldas de tiro medio y líneas amplias, muy diferentes a la silueta ajustada de algunos vestidos de noche.
Una de las características más notables del Hollywood dorado son las ondas al agua con las que las actrices peinaban sus melenas. Además de las ondas, los elaborados victory rolls (peinar el cabello con unos voluminosos rizos sobre la cabeza, enmarcando el rostro) también se cuelan en la serie.
El icónico maquillaje de esta década es igualmente fácil de identificar en Hollywood, creado por Michelle Ceglia: labios rojos como elemento principal de un look natural y sofisticado. Esta cuidada estética del vestuario de Hollywood es, sin duda, una de las razones de peso para no perdértela.