Diseños inspirados en el cine y en las mujeres de su familia: “La elegancia de mi madre, el valor ritual que ella, mis tías y mis primas daban a los vestidos, a los preparativos para las fiestas y a las bodas, su diversión y su estilo, que aunaba glamour y sentido del decoro, moda y clasicismo, también me marcaron”, afirma Valentino Clemente Ludovico Garavani, más conocido como Valentino.
Hoy repasamos la historia de este diseñador y su firma, desde su creación en 1959 hasta la retirada del modisto en 2008, después de 45 años buscando la belleza femenina.
Valentino nace cerca de Milán en 1932. Comienza a interesarse por la moda mientras está en la escuela de Voghera, en Lombardía, Italia, siendo aprendiz de su tía Rosa y de la diseñadora local Ernestina Salvadeo. A los 17 años, Valentino se traslada a París, donde estudia en la École des Beaux-Arts y en la Chambre syndicale de la Couture Parisienne.
Su primera oportunidad en la capital francesa se presenta con Jacques Fath y después con Balenciaga. A continuación encuentra trabajo con Jean Desses, al que ayuda a diseñar el icónico estilo de la condesa Jacqueline de Ribes. Más tarde se une a Guy Laroche por 2 años. En 1959 decide volver a su país natal y abre su propia casa de modas en la Via Condotti, Roma, con el respaldo de su padre y un socio. Debuta con su primera colección ese mismo año.
En 1965 abre un segundo atelier en Milán y e 1968 se inaugura la tienda de Valentino en París. Jacqueline Kennedy se casa con Aristóteles Onassis vestida de Valentino. En 1969 lanza las líneas Valentino Boutique y Valentino Uomo. Desde aquí comienza una larga expansión de la firma, que debuta en París con la colección de prêt-à-porter en 1975.
Diana Vreeland, la editora de Vogue USA, Jacqueline Kennedy, Lady Di, Brooke Shields, Jane Fonda o Jessica Lange lucen vestidos de valentino en portadas y eventos. 
Buscador infatigable de la belleza femenina, su carrera sigue una línea recta alejada de la tendencia. Viaja siempre en avión privado acompañado de sus chefs, mayordomos, amigos y parejas, relaciones públicas y sus cinco carlinos y cada invierno van a esquiar a Gstaad, un pueblo suizo de Gifferhorn en el que el diseñador posee un chalet. Su carisma es tal que pude presumir de que existe un color que lleva su nombre, el rojo Valentino.
En 2008, coincidiendo con los fastos romanos organizados para celebrar sus 45 años en el mundo de la moda, Valentino anuncia su retirada. Maria Grazia Chiuri y Pier Paolo Piccioli, responsables de accesorios durante los últimos diez años, son los encargados de tomar las riendas de la dirección creativa. En 2012, una sociedad ubicada en Catar llega a un acuerdo para hacerse con el control total de la compañía manteniendo, eso sí, el carácter ultra femenino de sus creaciones.