La industria de la moda también está aprovechándose de los beneficios del llamado crowdfunding o micromecenazgo. Esta fórmula encaja a la perfección con una serie de demandas críticas de la moda, por lo que se está convirtiendo en una tendencia al alza.
Hoy os contamos en qué consiste es crowdfunding y os traemos algunos ejemplos que combinan moda y cowdfunding. 
El crowdfunding o micromecenazgo es la cooperación colectiva llevada a cabo por personas que realizan una red para conseguir dinero u otros recursos. Se suele utilizar Internet para financiar esfuerzos e iniciativas de otras personas u organizaciones.
El micromecenazgo puede ser usado para muchos propósitos, desde artistas buscando apoyo de sus seguidores, campañas políticas o para la creación de empreasas o pequeños negocios. Cualquier persona puede hacer una inversión, de cualquier valor, en un proyecto que considera interesante o prometedor a cambio de algún tipo de recompensa.
Respecto a la alianza entre moda y crowdfunding, como decíamos, permite, por ejemplo, una democratización del mercado, ya que los clientes finales ganan un fuerte poder de decisión y participan del proceso de concepción del producto, acercándonos al denominado pretail, sub-categoría de comercio electrónico y la venta al por menor en línea para la introducción de nuevos productos por primera venta en línea, a veces en cantidad limitada, antes de la liberación, realización o disponibilidad comercial.
El crowdfunding también genera visibilidad a los nuevos diseñadores, muchas veces ignorados debido a la fuerte competencia existente. Y, asimismo, permite el desarrollo de una moda más ética y justa, ya que se produce lo que es realmente demandado.
Existen numerosas plataformas online dedicadas al crowdfunding y, entre ellas, varias dedicadas exclusivamente al sector de la moda, como I am la mode, Betabrand, Crowdemand o Before the label.
Por ejemplo, la marca Gnome & Bow, que buscaba un financiamiento para crear “bolsos que cuentan historias”, desarrolló una fuerte campaña en las redes sociales, consiguiendo superar su meta en tiempo récord, obteniendo 37.000 dólares a través de la plataforma Pozible.
La empresa Elliot Havok supo usar el crowdfunding para crear el cinturón que dura un cuarto de siglo, logrando una financiación 7 veces mayor a su objetivo marcado.
