Llega el buen tiempo, la primavera ya está aquí y, en lo que a moda femenina se refiere, llegan las prendas más ligeras. Una vez se marcha el frío, vuelven, entre otros, los escotes en la moda femenina. Pero, ¿sabéis cuál es la historia del escote femenino? Os ofrecemos hoy esta breve historia de su evolución.
Resulta curioso pensar que, en la antigüedad, las mujeres llevaban el torso descubierto y que, con el paso de los años y la evolución de la humanidad, fueron cubriéndose cada vez más.
Con la llegada de la toga griega se impuso que las mujeres llevaran el pecho cubierto, descubriéndolo sólo ocasionalmente. y, avanzando en el tiempo hasta la edad media, los escotes más pequeños eran considerados de mal gusto.
A partir del siglo X, el escote femenino comienza a descender, excepto en oriente, pero con la llegada del siglo XIV se produce un nuevo retroceso y se impone el cuello alto en la moda femenina. Sin embargo, esta tendencia no duró mucho, y en el siglo XV los escotes habían descendido de forma considerable.
Durante siglos, estuvieron de moda distintos tipos de escote: en forma de U o V, de corazón, espaldas escotadas… Con la llegada de Napoleón surge el llamado vestido de corte «imperio», subiendo la cintura por debajo del pecho. Pero con la muerte de Napoleón, la reina Victoria impone de nuevo pecho y cuello cubiertos, a excepción de los vestidos de noche.
Parece que a las mujeres les gustó esta norma, porque la conservaron hasta principios del siglo XX, manteniendo el cuello cubierto de día.
La Primera Guerra Mundial cambió la moda y las mujeres se revelaron adoptando un look masculino, acortando faldas y liberando cinturas. No será hasta los 50 cuando las divas de Hollywood le devuelvan al escote femenino su sentido original.
Con los 90 llega el destape y las transparencias y, hoy en día, el escote se mantiene en distintas formas.