Cada vez es más habitual que marcas de moda y belleza contemplen el travel retail en sus planes de expansión y que compitan por los espacios comerciales de los aeropuertos. El consumidor viajero es una oportunidad de negocio para éstas y, gracias a la proliferación de aerolíneas low cost, el tráfico de pasajeros es cada vez mayor.
Con este aumento de viajeros a nivel internacional, los aeropuertos preparan mayor espacio comercial para contentar a marcas y consumidores.
Las estrategias de grandes firmas ya contemplan el travel retail en sus planes de expansión, buscando espacios comerciales en aeropuertos, puertos y estaciones de tren para atraer al consumidor viajero.
El travel retail genera, actualmente, un volumen de negocio de más de 44.000 millones de euros a nivel global y se espera que continúe creciendo.
Heathrow, en Londres, el aeropuerto de Dubái, Changi, en Singapur, y Schipol, en Amsterdam, son hoy en día líderes como destinos de compras. Y cabe apuntar el auge de los grandes aeropuertos asiáticos.
El consumidor viajero es difícil de atraer, puesto que su principal objetivo no son las compras. Existe lo que se conoce como la «hora dorada», que es el lapso de tiempo entre el control de seguridad obligatorio y el embarque. Es en este tiempo cuando los viajeros están más predispuestos para realizar compras. Debe diferenciarse, también, entre viajes de negocios y viajes de placer, siendo estos últimos los que generan más ventas.
Por poner dos ejemplos, el aeropuerto de Heathrow cuenta con 160 tiendas en 53.000 m2 y tiene un servicio propio de personal shopper con más de 38 profesionales.
Dubái ya ha superado a Heathrow y se ha convertido en el aeropuerto con más tráfico del mundo. Su terminal 3 cuenta con 1.185.000 m2, jardines y spas y es el principal destino escogido por las marcas de lujo.