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Origen e historia de la pana

Esta temporada hay una tendencia que vuelve y lo hace por todo lo alto. Se trata de la pana.

La pana pasó de ser el tejido obrero a ser uniforme de los niños de colegio de pago en los felices años 20. Los boys scouts la adoptaron como suya. En la década de los 50 la pana fue finalmente destronada del olimpo de los símbolos de la clase obrera por los vaqueros.

Origen de la pana

La pana, corderoy, corduroy o cotelé es un tejido grueso, de tacto áspero, semejante al terciopelo, liso o compuesto por fibras entrecruzadas que cuando están en paralelo forman el distintivo motivo con acanaladuras (bastones) verticales de pequeño tamaño, pero también pueden ser un poco más gruesos.

Muchos expertos coinciden en que el termino corduroy deriva de las palabras francesas “cord du roi” o “hijos del rey”.

Entrado el siglo XIX el terciopelo reemplazó a la pana entre la élite como un tejido más suntuoso. Desde entonces, este tejido ha vuelto a ponerse de moda varias veces.

A diferencia del terciopelo, que se teje a base de seda, la pana se fabrica en algodón. Por su grosor se suele usar para la confección de prendas invernales de todo tipo, incluyendo pantalones, camisas, y chaquetas. La tela también puede ser empleada para cubrir cojines o en general como sustituto del terciopelo.

Dicen que la pana es el terciopelo de los pobres. Sea como fuere, este material siempre ha estado en boca de todos y por mucho que algunos hayan querido desterrarlo por su aspecto “viejuno” siempre ha encontrado la manera de regresar.

La pana pasó de la fábrica al castillo y se refugió en los trajes de caza y en los atuendos de campo. De símbolo de la clase obrera a reducto de los aristócratas que cazan zorros en Inglaterra y siempre agazapada en los colegios, hasta que en los años 60 la pana pudo apoderarse de nuevo de la moda y del mayo del 68.

Aupada a las pasarelas en los 70, los 80 y los 90, Moschino la convirtió en reina en los 90. La pana ya no volvió a pasarse de moda y siempre hay algo en las colecciones de otoño e invierno.

Se llevó a finales de los 90 y entrados los 2000 materializado en pantalones y petos multicolor en su versión más moderna y en americanas de colores tierra en la más tradicional y conservadora -Robin Williams en su papel de profesor en ‘El Club de los Poetas Muertos’ es el gran representante de esta última versión-.

Pero más allá de lo estético, la pana fue concebida como algo meramente funcional para abastecer a la clase pobre. Por su resistencia y por su escaso coste era el material con el que confeccionaban los ingleses el uniforme de los obreros durante la revolución industrial en la segunda mitad del siglo XVIII.

Poco a poco, la pana fue cambiando de sector y, por ejemplo, se incluyó en el uniforme escolar de los niños en los años 20. No sería hasta la llegada de los vaqueros, en los años 50, que pasaría de ser símbolo de la clase obrera a vestir a la alta aristocracia británica.

La pana ahora servía para confeccionar los trajes de caza de los nobles y caballeros que salían de caza en los 60. La moda lo rescató y volvió a democratizar este tejido gracias, en buena parte, al movimiento hippie. Era entonces cuando volvía a sus raíces obreras y cogía impulso.

Décadas después sigue estando muy presente. Para los políticos es un guiño a la clase humilde -todo el mundo recordará la identificación de la izquierda de Felipe González con la chaqueta de pana- y para muchos una indumentaria asociada también a la profesión de magisterio.

 

 

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