Ayer, 1 de octubre, se celebró el Día Internacional de las personas de edad. aprovechamos la ocasión para abordar una asignatura pendiente de la industria: moda y tercera edad.
A sus 97 años, Iris Apfel tiene más de un millón de seguidores en Instagram. Aunque quizá no sea necesario mostrar una imagen tan excéntrica, Iris demuestra que moda y tercera edad no tienen por qué estar reñidas.
Esta longeva decoradora de interiores y diseñadora, alcanzó la fama hace más de una década, cumplidos ya los 84 años. Fue en el 2005, después de protagonizar ‘Iris Apfel: rara avis’, una exposición en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York compuesta por más de 80 trajes de su singular colección de moda.
Los adultos mayores de 50 años conforman casi el 40% de la sociedad española actual, pero su visibilidad en la comunicación publicitaria es muy baja: solo el 11% de los personajes que aparecen en los spots analizados tienen más de 50 años. La visibilidad es todavía menor si hablamos de mayores de 65 años (que supone solo un 3%) o de más de 75 años (el 1%), si bien representan el 10 y el 9% respectivamente en la pirámide demográfica. Se trata de las conclusiones de un estudio elaborado por la agencia Sra. Rushmore.
Si hablamos de moda y tercera edad, sólo el 7% de los protagonistas de campañas publicitarias en este sector son mayores de 50.
Se calcula que en 2050 la población española mayor de 65 años constituirá del 53 %, más de la mitad de los consumidores del país pertenecerán a esta franja de edad. Esto significa que la tercera edad es un sector en el que la industria de la moda debe fijarse y para el que hay que trabajar de manera específica.
Hoy en día, una persona de 65 años no se siente anciana, como podrían haberse sentido sus padres, y tiene necesidad de encontrar prendas adecuadas, pero también modernas y atractivas.
Lyn Slater, a sus 64 años, es otro ejemplo. Tiene más de medio millón de seguidores en Instagram y es la autora del blog Accidental Icon. La vida de esta profesora de trabajo social en la Universidad de Forham cambió hace unos años de forma accidental. Se encontraba comiendo con una amiga en el Lincoln Center durante la Semana de la Moda de Nueva York cuando los paparazis y un grupo de turistas japoneses la confundieron con un icono de la moda por su peculiar y transgresor estilo.
Lyn lucha contra la discriminación por la edad y, lejos de pensar en jubilarse, ha fichando por la prestigiosa agencia de modelos Elite y ha protagonizado campañas publicitarias para firmas internacionales como Valentino, Mango y Uniqlo.
Estos son tan sólo dos ejemplos de cómo la tercera edad no puede ser sinónimo de prendas oscuras, anodinas y anticuadas. Las firmas de moda tienen como asignatura pendiente atender las necesidades reales de este gran sector de población.