Un día después del tradicional desfile militar por la Castellana del ejército español, en el día de la fiesta nacional, MCM quiere hablar de la ropa militar española y su evolución.
No es una moda al uso, pero al fin y al cabo la indumentaria militar ha sufrido cambios con el tiempo, como la moda a la que estamos acostumbrados.
En 1463 D. Miguel de Lucas hizo un intento de organización de Infantería y dotó a la tropa con un uniforme compuesto de un capuz de paño azul y amarillo por mitades. No tuvo mucha transcendencia esta “innovación”. Sin embargo, en 1488, a las Tropas de la Santa Hermandad, se las uniformó con un sayo blanco con una cruz roja que le cruzaba el pecho.
También la caballería contó con una fuerza permanente en este reinado y por tanto, con su uniforme correspondiente.
Durante el reinado de Carlos I (1518-1556) el emperador mandó que sus tropas fuesen uniformadas con uniformes de corte alemán, pero con los colores nacionales: rojo y amarillo. Llegó Felipe III y el uniforme continuó con el tradicional colorido amarillo o blanco, pero varió la hechura de las prendas apareciendo el galoneado con franjas de la Casa Real. En este reinado se generalizó la faja encarnada para los oficiales, tanto de infantería como de caballería. Esta faja podía ir anudada a la cintura o en bandolera, cruzando el pecho de derecha a izquierda.
El vestuario de la infantería sufrió un importante cambio en 1693 ya que se les uniformó al estilo francés, adaptándose la casaca redingote o «justacorps», larga y con grandes vueltas en las bocamangas y en los delanteros formando solapas, y con bolsillos laterales. Las casacas tenían un colorido diferente para cada tercio por lo que estos eran conocidos popularmente por el color que portaban sus casacas.
Con el reinado de Felipe V (1700-1746) la uniformidad volvió a sufrir un cambio radical, adoptándose la casaca francesa, el sobrero fue sustituido por el tricornio con una escarapela con el color nacional, el rojo.
Como la historia del uniforme militar en este país ha dado muchas vueltas, vamos a terminar este post (habrá continuación) con los uniformes en la Guerra de la Independencia.
Durante este periodo la uniformidad sufrió los rigores de la guerra, al perderse puntos de abastecimiento cada Regimiento, cada Milicia, cada Unidad tuvo que sobrevivir como pudo y aunque se intentara mantener una uniformidad en los Regimientos regulares al proceder sus uniformes de partidas y textiles diferentes las diferencias eran notables. Además al iniciarse la Guerra se reclutó gente y no hubo tiempo de esperar uniformes, por lo que se «uniformaba» a la tropa con lo que se podía siendo frecuente que cada regimiento vistiese con los ropajes típicos de su región más que con los de su Arma o Ejército.
También en otro post hablaremos de forma más general de los uniformes de otros países más característicos y su evolución.
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