Desde el estreno del primer capítulo de Valeria, esta serie de Netflix se ha convertido en un fenómeno nacional que refleja los problemas del día a día de una mujer cosmopolita a los 30 años. Basada en la exitosa saga de novelas de la escritora Elísabet Benavent, la serie Valeria nos ha vuelto a sorprender en su segunda entrega en Netflix.
Valeria, interpretada por Diana Gómez y su grupo de amigas formador por Lola (Silma López), Carmen (Paula Malia) y Nerea (Teresa Riott), vuelven a nuestras pantallas con ocho episodios y nuevas tramas.
Vestuario real acorde con cada personaje
Uno de los detalles más importantes que dan vida a Valeria es, sin duda, el vestuario. Unos looks que desde el principio estuvieron enfocados a la moda real, de la mano de la estilista Laura Cuesta.
Valeria, Lola, Carmen y Nerea han llevado diferentes looks y outfits escogidos al milímetro por las estilistas de la serie para reflejar la personalidad del personaje, el estado emocional en el que se encuentran y su situación personal de momento.
El reto de la segunda temporada fue vestir a las protagonistas con looks otoñales sin caer en la monotonía cromática de esta estación, sino que se buscaba color. Se buscaba también que el crecimiento de los personajes se reflejara en su vestuario.
Valeria, looks básicos
Concretamente, los cambios en la vida de Valeria se van reflejando en una evolución de looks más inocentes a looks más sofisticados. Valeria es la protagonista principal de la serie y gran parte de la trama gira entorno a su misión de publicar su primera novela.
El armario de Valeria está repleto de prendas básicas pero que destacan por un pequeño twist, una manera de generar un personaje cercano con el que es fácil identificarse.
Las camisas vaporosas, los pantalones estilo chino y las camisetas de manga corta son una parte fundamental del estilo de Valeria. También los vestidos de tirantes de corte amplio, los vaqueros rectos y las prendas tipo kimono.
Carmen, color y prendas vintage
Los outfits más complicados son los de Carmen: combinaciones de colores y estampados imposibles que pasan del verano de la primera temporada al otoño de la segunda. Es sin duda el vestuario más llamativo de la serie, que, además, debe encajar en los decorados y el ambiente de la producción. Su rollo vintage inunda de color los fotogramas.
Sería la representación perfecta de marcas como Desigual, Dolores Promesas o La casita de Wendy. Los estampados vibrantes, el uso de mil colores y los patrones atípicos son el sello de identidad de Carmen.
Lola, tendencias al máximo
En el caso de Lola sucede todo lo contrario que con Valeria. Su sofisticación se va convirtiendo en estilismos más relajados conforme avanza la trama. Los trajes de dos piezas formados por americana y pantalón a juego combinados con unas zapatillas deportivas son uno de los estilismos estrella de Lola.
A lo largo de toda la serie, los tiñe de colores como el rojo y el verde, dando así un toque de lo más cool a los estilismos y demostrando la fortaleza y la energía arrolladora del personaje. Lola es la inspiración perfecta para todas las millennials amantes de lo último de lo último.
Nerea, looks poco arriesgados
Finalmente, Nerea luce un estilismo muy setentero así como sobrio, pero que también se va relajando para pasar a lucir looks más fluidos, manteniendo el estilo años 70. Nerea suele apostar por colores sólidos dentro de una paleta cromática neutra, con la predominancia de tonos como el blanco, el berenjena o el beige.
En relación con las prendas, tampoco arriesga demasiado. La solemos ver son camisas de corte clásicos, tops de tirantes finos, pantalones de traje y vaqueros de patrón amplio.
El 90% del vestuario proviene de firmas españolas, muchas de ellas firmas de moda sostenible. Según Cuesta, se buscaba una moda real, fácil de recrear y también asequible.