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El punto de encuentro entre arquitectura y moda

Moda y arquitectura son dos disciplinas totalmente diferentes, pero, a la vez, unidas en muchos sentidos. Además de los grandes proyectos que afamados arquitectos han realizado para firmas de lujo del mundo de la moda, arquitectos y diseñadores de moda trabajan similares procesos de diseño, en los que comparten técnicas y materiales semejantes. Ambos trabajan con escala y geometría, textura, color y ornamentación, volumen y vacíos, y ambos están usando cada vez más las tecnologías.

Proyectos arquitectónicos para firmas de moda

Este vínculo inquebrantable entre la moda y la arquitectura se ha visto representado no sólo en forma de inspiración, sino también en los diseños de las tiendas físicas.

Algunos diseñadores han encontrado su ‘alter ego’ en un arquitecto, con el que comparten su visión del espacio y de las formas. Este es el caso de Armani con Massimiliano y Doriana Fuksas, de Dior con Christian de Portzamparc o de Givenchy con Cristina Castelli y Miguel Pallares.

No obstante, también hay arquitectos que han encontrado su fuente de inspiración en las colecciones de los modistos, como Portzamparc y la impresionante ‘flagship’ de Dior en Seúl.

flagship de Dior en Seúl

Un buen ejemplo es, también, el edificio de Hèrmes en Tokio, proyectado por el arquitecto Renzo Piano, inspirado en las lámparas japonesas de papel. Para ello, recubrió la fachada, de 45 m de alto, de una trama de 13,000 bloques de vidrio translúcidos especialmente fabricados para esta ocasión.

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El arquitecto Javier Carvajal estableció una de las primeras y más prosperas relaciones entre arquitectura y empresas de moda. Sus proyectos para Loewe fueron más allá del diseño de las propias tiendas. Realizó 13 tiendas, 11 de ellas en España y otras 2 en Londres. El nuevo planteamiento caló en toda la estructura de Loewe, afectando a la creación de una nueva identidad de marca.

En 1999, el grupo Prada inició un nuevo proyecto de carácter experimental, Prada Epicenters, junto al arquitecto Rem Koolhaas y el estudio de arquitectos suizos Herzog & De Meuron.

Los tres Prada Epicenters fueron concebidos como laboratorio de pruebas donde practicar nuevas formas de comprar. El resultado fue la introducción de innovadores sistemas de exposiciones, proyecciones y espacios donde poder albergar conciertos y todo tipo de eventos públicos.

La tienda de Prada es el epicentro del distrito de moda Aoyama en Tokyo, y la mayor flagship store de Japón, creada por el estudio de arquitectos suizos Herzog & de Meuron.

tienda de Prada Aoyama en Tokyo

El edificio de la fundación Louis Vuitton de Gehry, construido en el borde de un jardín de agua creado especialmente para el proyecto, consta de un conjunto de bloques blancos revestidos con paneles de hormigón reforzado con fibras, rodeados de doce inmensas «velas» de vidrio con el apoyo de vigas de madera.

 

Arquitectos y diseñadores

La afinidad entre estas dos disciplinas la resumió la diseñadora Coco Chanel en su frase: “La moda es arquitectura, es una cuestión de proporciones”.

El creador de moda más importante que hasta la fecha ha dado nuestro país, Cristóbal Balenciaga, era conocido como “el arquitecto de la Alta Costura”. La técnica y perfección con la que desarrollaba los patrones de sus impecables diseños le hicieron ganarse este apelativo con el que le bautizó su compañero de profesión, Hubert de Givenchy.

Paco Rabanne estudió arquitectura durante 10 años y asegura que pasó de la arquitectura a la moda haciendo una síntesis de ambas.

Por otro lado, Issey Miyake está considerado mucho más que un diseñador o un creador. Los que han estudiado su obra dicen de él que es un artesano de la geometría, un inventor de vestidos y un arquitecto de la pureza.

También encontramos arquitectos que realizaron incursiones en el mundo de la moda. Figuras como Frank Lloyd Wright, Otto Wagner o Henry Van de Velde diseñaron ropa para sus mujeres, en un momento en el que la arquitectura y la moda estaban estrechamente vinculados con los círculos vanguardistas europeos.

La moda cautivó a Ray Eames desde muy temprana edad. Creó textiles, ropa para ella y su marido, así como uniformes para los miembros del personal del Pabellón de IBM durante la Feria Mundial de Nueva York de 1964.

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