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El escaparate como elemento comunicador

Como ya hemos visto en otros artículos, el escaparate es un elemento básico para atraer clientes a tu tienda de moda. En otras ocasiones hemos hablado de los requisitos de un buen escaparate o de tipos de escaparates.

Hoy vamos a hablaros del escaparate como elemento comunicador.

Cuando el cliente o potencial cliente se detiene a observar el escaparate, lo hace por un breve espacio de tiempo. En estos segundos debemos convencerle de que nuestra tienda y de los productos que hay en ella son mejores o se diferencian de la competencia, debemos crear una atracción para que entre en el establecimiento.

Por ello, es importante el orden y la claridad del mensaje, para que en escasos segundos obtenga una información clara que le dará una idea de lo que se encontrará dentro, consiguiendo que resulte atractivo. El escaparate tiene que ser diferente, pero no se puede pensar en el diseño exterior aisladamente, sino como parte del concepto global de la tienda o marca.

Pasamos ante cientos de escaparates, percibiendo multitud de mensajes, sobresaturados de estímulos e información. Así que nuestro escaparate debe resultar llamatico y diferente. Con esta diferenciación conseguiremos posicionarnos en la mente del consumidor.

Si los precios no son visibles o son tan pequeños que casi no se ven, serán identificados con precios caros. Tampoco se debe saturar el escaparate de etiquetas, mejor sustitúyelas por tablillas que recojan la relación de precios de los artículos expuestos.

Por el contrario, si colocamos muchos productos de una manera poco armónica, transmitiremos una imagen de precios bajos y de productos de baja calidad.

El escaparate es el elemento emisor de un sinfín de mensajes subliminales. Las reacciones que queremos generar ante nuestro escaparate son las siguientes:

  • Atracción, la fuerza que obliga al individuo a mirar el escaparate.
  • Motivación, la energía que conduce al individuo hacia el escaparate.
  • Reflexión, que le hace pensar sobre la posibilidad de la compra.
  • Sensibilidad, auto-convencimiento y justificación del por qué de la compra en unos casos, así como del análisis del artículo que irá mejor en otros.
  • Deseo, la imperiosa necesidad de poseer lo que ha contemplado en el escaparate.

Con el deseo normalmente acaba el proceso. Se iniciará entonces un segundo proceso, que debe crear un recuerdo de lo que se ha visto y ha gustado aunque haya transcurrido un tiempo.

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