Adolfo Domínguez acaba de incorporarse a la famosa plataforma de alquiler Borow con una colección cápsula perfecta para las fiestas.
Y es que, a medida que aumenta la preocupación por el medio ambiente a causa de la moda, son muchas las personas que se han concienciado en la lucha por la sostenibilidad y optan por pasarse al renting para dejar de lado movimientos tan contaminantes como el fast fashion.
Si bien siempre ha sido posible alquilar prendas como un esmoquin, un traje de noche o un disfraz, las empresas de alquiler intentan conquistar ahora el mercado del uso diario.
Aseguran que es el momento oportuno para un Netflix o un Spotify de la moda que podría lograr que acabemos alquilando ropa en nuestro día a día.
El impacto medioambiental de la industria de la moda
Los europeos consumimos casi 26 kg y desechamos unos 11 kg de ropa cada año. La mayoría de ella (87%) es incinerada o acaba en los vertederos.
Las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) han ido creciendo en la última década hasta representar el 10% de las emisiones mundiales, más que los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados.
Y luego está el consumo de agua. Para elaborar una simple camiseta de algodón, se necesitan 2.700 litros de agua dulce. Asimismo, el uso de los tintes y otros productos de acabado es responsable de aproximadamente el 20% de la contaminación mundial de agua potable y del 35% de los micro plásticos que están contaminando gravemente los ríos y los océanos de todo el planeta.
¿Es el alquiler el futuro?
El sistema de alquiler se presenta como un complemento ideal para evitar la acumulación por capricho de una gran cantidad de ropa que tiende a ocupar un espacio del que mucha gente no dispone en su vivienda. Pero, sobre todo, favorece el avance hacia un modelo de consumo de ropa que contribuya a reducir el creciente impacto ambiental del sector textil.
No son pocas, pues, las ventajas de alquilar prendas.
No necesitamos ser tan prácticos
¿Cuántas veces hemos optado por comprar un vestido que no nos convencía demasiado pensando que era más ‘ponible’ que el que realmente nos ha cautivado? Si alquilamos, podemos dar rienda suelta a nuestros deseos sin remordimientos.
Consumo sostenible
La moda es el segundo sector más contaminante del mundo, solo superado por el del petróleo. Además, supone el 10% de las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial, cada año acaban en el océano medio millón de toneladas de microfibra y el 73% de la ropa producida termina incinerada o en basureros. El alquiler rompe esta dinámica.
Vestir las últimas tendencias
Alquilar permite vestir tendencias que probablemente pasen de moda en dos temporadas.
Olvidar la tintorería
Sobre todo, para ciertas prendas delicadas. En las firmas de alquier de moda se encargan de que cada prenda pase por un exhaustivo proceso de limpieza, arreglo y planchado y su sistema de desinfección asegura un efecto antiséptico frente a un amplio espectro de microorganismos.
No temer los cambios de peso
Esta situación es más común de lo que pensamos, y la ventaja de alquilar es que siempre encontraremos la talla exacta.
Hacer sitio en el armario
¿Perchas abarrotadas y de las que cuelgan tantas prendas superpuestas que ya ni recuerdamos qué ropa tenemos? No es de extrañar, compramos un 400% más de ropa que hace solo 20 años
Vestir firmas y diseños que no están a nuestro alcance
Ya no es un problema de presupuesto sino de acudir al sitio indicado, y en plataformas de alquiler cuentan con piezas de diseñadores de renombre.